Producción sostenible en moda
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Hablar de sostenibilidad en Moda no implica sólo hablar de hacer un cambio en el uso de los materiales que empleamos para diseñar nuestras colecciones. Es también hablar de sostenibilidad en el reparto de la riqueza que produce esta industria, tanto económica como natural.
Para que nuestra colección sea una realidad el modelo ha de llegar a nuestro cliente. Por lo que además de diseñarlo lo hemos de producir. Al hacer una colección no sólo consumimos recursos naturales, de materiales, también necesitamos recursos humanos. De tal manera que hablar de sostenibilidad en moda no sólo es hablar de sostenibilidad en los recursos materiales que empleamos, es también hablar de sostenibilidad en los recursos humanos.
Antes de analizar cómo se puede hacer una producción sostenible analicemos ciertos datos de cómo se está trabajando actualmente.
Cómo se distribuye actualmente el coste de un modelo
Actualmente se consume un 400% más de prendas que hace 20 años. Aproximadamente el 80% de la producción se fabrica en países pobres. Se calcula que trabajan unos 40 millones de personas, de los cuales un 80% es trabajo femenino de baja calidad. No es difícil deducir dónde están trabajando la mayoría de esos 32 millones de mujeres.
A nivel de costes laborales la deslocalización se da por diversas razones. Por un lado, están las importantes diferencias salariales. Pero por otro, también las precarias condiciones de trabajo y seguridad, en horarios y en legislación laboral.
Una trabajadora en Banglasesh trabaja un 33% más pero cobra un 97% menos que otro en España.
Actualmente, del P.V.P. de una prenda, un 49% es para la Marca, un 21% son impuestos, un 16 para el Proveedor, el 8,5% para el Coste de materiales, un 3,7% para la mano de obra y el 1% se destina al transporte.
ACTUALMENTE LOS COSTES DE LA CAMISETA SE DISTRIBUYEN DE LA SIGUIENTE MANERA
Cómo resolver una producción sostenible
¿Cómo gestionar una producción sostenible? Con salarios y jornadas laborales justos, condiciones laborales saludables, etc. En definitiva, revirtiendo estas desigualdades.
La solución ha de pasar por una redistribución de los costes
El primer paso ha de ser reequilibrar el coste de consumo de recursos naturales y humanos con el coste de la prenda y el precio de venta.
Redistribuir el coste de una prenda pasa por hacer que el consumidor y la marca reequilibren beneficios. Que este reequilibrio se revierta en el coste de materiales y en los de mano de obra.
Hagamos una simulación de qué supondría hacer una redistribución más equitativa de esas cifras.
¿Podríamos asumir que el Consumidor y la Marca reviertan su margen de beneficio y que esa diferencia se redistribuya en un 5% en el coste de materiales (incluida la mano de obra productora de los mismos) y otro 5% en el de mano de obra?
¿Cómo consumidores podríamos reducir el número de prendas que compramos al año? Recordemos ese dato de que en los últimos 20 años hemos aumentado nuestro consumo en un 400%. ¿Podríamos asumir una reducción del número de prendas manteniendo el mismo nivel de gasto?
Veamos cómo podría mejorar la cadena de valor un cambio de este tipo.
Subiendo el PVP la camiseta en un 30% y redistribuyendo un 5% el margen de la Marca. Las repercusiones de un cambio de este tipo supondrían que la Marca y el Proveedor mejorarían sus ingresos por unidad. Pero donde se reequilibran notablemente los costes es en la inversión en Materiales y en la Mano de Obra. Esa diferencia supondría por ejemplo que el coste de Materiales se puede mejorar comprando a casi por el doble de lo hecho en el Fast Fashion. O mejorar los ingresos de la maquinista de Bangladesh igualándolo a lo demandado por los sindicatos del país que lo sitúan en 190$.
¿Podemos como consumidores reducir nuestro consumo en número de prendas manteniendo el mismo nivel de gasto?
El esfuerzo puede valer la pena. Hacerlo nos permite formar parte de una moda que paga por lo que consume. Por una moda confeccionada con materias primas obtenidas de una agricultura regenerativa por productores que obtienen salarios dignos. Además de ser diseñadas y confeccionadas por personas que obtienen también recompensa digna por su trabajo. Hacerlo puede valer la pena, en juego está la revertir la tendencia actual de empobrecimiento del suelo y los recursos además de una redistribución más justa de la riqueza.
Una producción sostenible es posible
Redistribuyendo los beneficios generados en la industria se puede reequilibrar el reparto a través de toda la cadena de valor. Hacer una distribución más equitativa entre consumidor, marca, materiales y mano de obra para propiciar una moda más sostenible.
Pero para ello es necesario que como Creadores y Productores de moda nos comprometamos no sólo con el uso de materiales sostenibles sino también con el uso de los recursos humanos que intervienen en el proceso. Tanto para el bien de toda la cadena de suministro, como de nuestra propia actividad en el medio plazo.
Asumir que en el negocio de la moda se ha de redistribuir algo mejor la riqueza que se genera. Porque mientras no lo hagamos la sostenibilidad en el empleo de recursos, naturales y humanos, tampoco será posible en el medio y largo plazo. Si no asumimos que producir nuestras prendas implica extraer materiales, recursos y esfuerzos en alguna parte del mundo y que no podemos aumentar nuestro margen a costa de desentendernos de la pérdida que supone para el resto de la cadena, no podemos plantear una estrategia de sostenibilidad para nuestra Marca de Moda, a todos los niveles, pero empezando por el económico.
SeamPedia
